La mayoría de los envases ahora se usan solo una vez y se tiran. Necesitamos abandonar esta moda lo cual requiere alguna forma de liderazgo de los gobiernos.
Solo en la Unión Europea más de la tercera parte de la comida que se vende viene en paquetes de plástico. Y cada uno de sus 510 millones de residentes produce aproximadamente 31 kg de desechos de envases de plástico al año.
Cada vez son más las empresas que reinventan los plásticos con aditivos que les ayudan a descomponerse o fabricar plásticos que son biodegradables, lo cual hace ver claramente la apuesta de parte del sector, que para nada va en la línea de la reducción de envases.
Los bioplásticos como el PLA son un gran contaminante para el reciclado tradicional.
A medida que los fabricantes tratan de reemplazar con plásticos más ecológicos y biodegradables, el riesgo de mezclarse con los plásticos convencionales solo aumentará, lo que podría subir el costo de los materiales reciclados.
ALTERNATIVAS A LOS PLÁSTICOS
Cada vez se está poniendo más empeño en la sustitución de los plásticos por su contaminación al planeta y estas son algunas de las alternativas a las que se está recurriendo.
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La industria está estudiando los hongos como material para crear otros materiales ya que al cultivarlos de diferentes maneras, podemos sustituir a materiales como el plástico, el corcho o el cuero, pero mucho más ecológicos y fáciles de reciclar.
Es un material fuerte pero ligero a la vez, que repele al agua y es resistente al fuego. Su descomposición se realiza a los 180 días.
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La descomposición de algas y su formación en gránulos nos ayuda a sustituir el plástico en productos como los juguetes, llaveros, señales, envases, memorias USB…Cada día más empresas comienzan a sustituir el plástico por algas pero la producción es más lenta y por lo tanto más costosa.
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El almidón de patata o maiz podría ayudarnos a sustituir el plástico en las bolsas y fabricar lo que conocemos como bioplástico, ya que tiene una base de poliuretano y además ayuda a hacer bolsas de plástico y envases más resistentes.
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El mijo, con sorgo y un poco de sal se puede utilizar para crear cubiertos sin plástico que podamos transportar a todos los sitios y que además, podemos comernos también al terminar nuestra comida. Además, es más barato para los agricultores ya que el sorgo es más productivo que el arroz con el que se fabrican los cubiertos comunes de plástico, para su cultivo se utiliza un 60% menos de agua.
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Del árbol de plátano solemos utilizar su fruta para comer, pero el resto de la planta es desperdiciada con lo que más de 25 mil toneladas de fibra se queda inutilizada en Canarias cada año. Sin embargo, estas fibras podríamos utilizar para crear contenedores, ruedas, conos de tráfico, botes e incluso tanques de agua.
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Con almidón de yuca, aceite vegetal y resinas orgánicas son una receta que se presenta como una alternativa totalmente biodegradable al plástico. Esta composición se deshace en agua caliente y solo se tarda poco más de un mes en descomponerse.
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La cáscara o piel de las gambas y los langostinos tienen un polímero natural que se llama quitosano y que es el segundo material más abundante en el planeta. Al secarse se descompone y se produce esta película que es muy parecida al plástico. Además, es inoloro.
Es un problema que requerirá nuevas formas de identificar, clasificar y tratar con materiales plásticos cuando se desechan para garantizar que los materiales biodegradables se mantengan separados de los que se pueden reciclar.
Pero esta etiqueta BIO en los envases entra en conflicto con el modelo de economía circular, ya que normalmente no permite su reutilización, véase la fragilidad de las bolsas compostables como ejemplo, ni su reciclado, lo cual requiere ingentes cantidades de nueva materia prima para su continua fabricación.
Las bolsas realizadas con almidón son mucho más costosas que las actuales de polietileno y apenas usan el 6% de la patata o como mucho el 17% de la yuca.
La enfermedad es nuestra sociedad desechable, hacer que los envases sean biodegradables solo alienta a las personas a generar más basura.
Se necesita un cambio completo en la forma en que usamos el embalaje de los productos.
Nosotros apostamos por la total prohibición del uso de bolsas de plástico de los supermercados y fomentar el uso de bolsas reutilizables para todos los productos que puedan comprarse a granel y limitar el uso de estos nuevos materiales.
Tenemos que exigir el cumplimiento con los objetivos marcados por el Plan de Acción de la Unión Europea (UE) para la Economía Circular, que pretende conseguir que en 2030 todos los envases de plástico del mercado de la UE sean compostables, reutilizables o puedan ser reciclados de un modo rentable.
Reutilizar el embalaje que actualmente desechamos, los esquemas de depósito y reutilización, en los que se devuelven las botellas de plástico a cambio de un depósito en efectivo y luego se vuelven a llenar están en uso en algunos países.
Las opciones recargables y reutilizables pueden y deben volverse más atractivas.