De Hitler a los microplásticos, la mayor contienda mundial hasta la fecha, la II Guerra Mundial, no solo cambió el nuevo orden mundial sino que también inició la era del plástico.
Ley de Godwin
La ley de Godwin o regla de analogías nazis de Godwin establece que: «A medida que una discusión en línea se alarga, la probabilidad de que surja una comparación con los nazis o con Hitler se aproxima a 1».
En otras palabras, mientras más extenso sea un debate, es más probable que alguien mencione a Hitler como parte de su argumento. Llegados a este punto, el plástico no podría ser menos.
Una guerra que cambió el mundo
En 1937 un grupo de industriales estadounidenses relacionados con la incipiente industria plástica creó la Sociedad de la Industria del Plástico (SPI). Con un objetivo claro, promover el desarrollo de la industria plástica y facilitar la cooperación entre los miembros que formaban dicha sociedad.
Dos años mas tarde, en septiembre del 39, la Alemania nazi invadió Polonia, dando paso a la II Guerra Mundial.
Metales como el cobre, aluminio, acero,… se convirtieron en materiales de un gran valor estratégico para mantener la industria militar.
Los fabricantes militares que inicialmente no consideraron al plástico como un material a tener en cuenta, ante la escasez de los metales y materiales “tradicionales” comenzaron a considerar su uso.
Para entonces el SPI ya estaba plenamente operativo y fue capaz de proveer a la industria militar de estos nuevos materiales, contribuyendo así al esfuerzo bélico.
II Guerra Mundial la era del plástico
En febrero de 1942, poco después del ataque japonés a Pearl Harbor, se creó la Sociedad de Ingenieros de Plásticos (SPE) que durante los años siguientes de la guerra promovió estándares, preparó información técnica y formó a fabricantes de componentes para el ejército en estos nuevos materiales.

El SAF-T-BRA, un sujetador de plástico rígido diseñado por Willson Goggles que protegía los pechos de las trabajadoras en la industria durante la II GM.
1945, final de la Segunda Guerra Mundial
Con la conclusión de la guerra Estados Unidos se convierte en la principal potencia química a escala global. Muchas fábricas tuvieron que cerrar, pero la SPI ya había previsto esta situación y estaba, una vez más, preparada. Previendo un potencial mercado carente de multitud de productos, que durante la guerra no habían estado disponibles, puso a toda la capacidad industrial desarrollada durante el conflicto bélico a satisfacer la nueva demanda.
La falta de confianza del consumidor ante estos nuevos materiales llevó al SPI a realizar grandes campañas de marketing para convencer a la sociedad de que estos nuevos productos sintéticos podían suplir sin problemas a los materiales que se habían venido usando hasta la fecha.
Nada hacía presagiar que aquel prometedor material acabaría siendo uno de los mayores problemas de contaminación medioambiental.
Nada hacía presagiar que aquel prometedor material acabaría siendo uno de los mayores problemas de contaminación medioambiental.
Este fue el comienzo de la nueva era de materiales plásticos, más baratos y que imitaban a la perfección a todos los usados hasta la fecha. Todo ello ayudado por la masificación de la vida social y al auge de la publicidad televisiva.